Ser funcionario es una de las aspiraciones más comunes en España. Quizás tú mismo has escuchado a más de una persona decir que su sueño es «sacarse una plaza». Pero, ¿qué tiene el sector público que genera tanto interés?
Muchos reseñan la estabilidad laboral, como una de las principales razones es la seguridad que brinda un empleo público. Los contratos como funcionario suelen ser indefinidos, lo que significa que, una vez obtienes tu plaza, tienes asegurado un puesto de trabajo de por vida, salvo casos excepcionales. En un mundo laboral tan cambiante, donde la incertidumbre está a la orden del día, la estabilidad es un lujo al que muchos aspiran. Aunque el salario de un funcionario puede no ser deslumbrante al principio, está complementado con otros beneficios. La administración pública ofrece pagas extra, pluses por antigüedad, y en algunos casos, horarios que permiten conciliar mejor la vida personal y laboral. Además, las revisiones salariales suelen ser automáticas, lo que permite una cierta previsión y estabilidad económica.
Por otro lado, en comparación con el sector privado, los funcionarios suelen disfrutar de horarios más flexibles, con jornadas continuas o intensivas en muchas ocasiones. Además, cuentan con una mayor cantidad de días de vacaciones y permisos, lo que les permite disfrutar de más tiempo libre, ya sea para estar con la familia o para dedicarse a otras actividades personales. Aunque muchos consideran que el sector público es más «lento» que el privado en cuanto a crecimiento profesional, la realidad es que existen numerosas oportunidades de promoción interna. Con dedicación y preparación, un funcionario puede ascender a puestos de mayor responsabilidad y, con ello, mejorar su salario y condiciones laborales, además de obtener facilidades para conciliar la vida personal y laboral. Tener horarios más previsibles y flexibles permite a muchos funcionarios dedicar tiempo a su familia, estudiar, practicar hobbies o, simplemente, disfrutar de tiempo libre.
Algunas profesiones, como bombero o policía, pueden ser reclamadas simplemente por verdadera vocación de servicio público. Otros sectores que pueden ser vocaciones podrían ser la enseñanza, la sanidad, la justicia o cualquier otro ámbito en el que se requiera la labor de los servidores públicos. Eso sí, el ritmo en el sector privado suele estar marcado por la competencia, los objetivos a corto plazo y la búsqueda constante de rentabilidad. En cambio, muchos ven en el sector público un entorno de trabajo menos estresante, con menos presión por resultados inmediatos, lo que puede ser un respiro para aquellos que buscan un equilibrio más tranquilo en su día a día. Además, en momentos de crisis económica e incertidumbres del mercado laboral privado, hacen que el empleo público se vea aún más atractivo. Durante recesiones o momentos de inestabilidad, los funcionarios disfrutan de una mayor protección frente a despidos o reducciones de salario, lo que les permite enfrentar estos periodos con más tranquilidad.