En los últimos años, el modelo laboral de plataformas como Glovo, que tradicionalmente han operado con repartidores (riders) autónomos, ha sido objeto de intensos debates en muchos países, especialmente en España. En mayo de 2021, el gobierno español aprobó la llamada “Ley Rider”, una normativa que obliga a las empresas de reparto a contratar a sus repartidores como empleados, en lugar de seguir trabajando bajo el modelo de autónomos. Este cambio ha generado una transformación en la relación laboral entre las plataformas y sus trabajadores. En este artículo, exploraremos cómo afecta esta transición a los riders, destacando las ventajas y beneficios que conlleva para ellos.
¿Qué implicaba el modelo de autónomos?
Hasta la implementación de la «Ley Rider», los repartidores de Glovo y otras plataformas similares trabajaban como autónomos. Este modelo ofrecía cierta flexibilidad, permitiendo a los riders elegir cuándo y cuánto trabajar. Sin embargo, también implicaba que los repartidores asumían toda la responsabilidad por su seguridad social, cotizaciones, gastos relacionados con el vehículo y mantenimiento, entre otros.
Algunos de los desafíos del modelo de autónomos para los riders incluían:
- Gastos de cotización y seguridad social: Los riders debían pagar sus cuotas de autónomos, independientemente de sus ingresos mensuales, lo que podía resultar complicado en meses de poca actividad.
- Ausencia de derechos laborales básicos: Como autónomos, los repartidores no tenían derecho a vacaciones pagadas, bajas por enfermedad, o a un salario mínimo garantizado.
- Inestabilidad económica: Los ingresos dependían completamente de la demanda del servicio, lo que generaba incertidumbre en los meses con menor volumen de pedidos.
La transición a empleados: principales beneficios
Con la «Ley Rider», las plataformas como Glovo deben ahora contratar a sus repartidores como empleados. Aunque esto también conlleva nuevos desafíos, como la reorganización de la operativa de las empresas, los beneficios para los riders son evidentes.
Seguridad laboral
Uno de los principales beneficios de este cambio es la estabilidad laboral que ofrece el contrato de trabajo. Los riders pasan a tener derecho a un salario mínimo, lo que garantiza ingresos regulares, independientemente de la cantidad de pedidos que haya en un día determinado. Esta seguridad financiera es un gran alivio frente a la inestabilidad del modelo de autónomos.
Derecho a la Seguridad Social
Ahora, los riders cuentan con la cobertura de la Seguridad Social pagada por la empresa, lo que incluye cotizaciones para su jubilación, baja por enfermedad o accidente laboral, y el derecho a una prestación por desempleo en caso de ser despedidos. Esta cobertura mejora enormemente la protección social y reduce la carga económica que antes recaía completamente sobre los repartidores.
Vacaciones pagadas y bajas remuneradas
Como empleados, los riders tienen derecho a vacaciones pagadas y a días libres remunerados en caso de enfermedad. Esta es una ventaja significativa, ya que antes, si un repartidor se enfermaba o decidía tomarse un descanso, no solo dejaba de generar ingresos, sino que también debía seguir cubriendo sus gastos fijos como autónomo.
Mejores condiciones de trabajo
El hecho de ser empleados también abre la puerta a la posibilidad de negociar mejoras en las condiciones de trabajo, a través de sindicatos o acuerdos colectivos. Esto incluye aspectos como el límite de horas de trabajo, la regulación del uso de los medios de transporte, y la mejora de las medidas de seguridad durante la jornada laboral.
Acceso a indemnización por despido
A diferencia del modelo de autónomos, en el que la relación laboral podía terminar en cualquier momento sin compensación alguna, los riders contratados ahora tienen derecho a una indemnización en caso de despido improcedente. Esto les otorga una mayor protección frente a despidos injustificados.
Desafíos y ajustes necesarios
Es importante señalar que este cambio también ha traído consigo algunos retos. La flexibilidad que caracterizaba el modelo de autónomos, donde los riders podían conectarse y desconectarse de la plataforma según su conveniencia, podría verse limitada. Las empresas ahora tienen que organizar mejor los turnos y gestionar un número mayor de empleados, lo que podría afectar a la disponibilidad horaria de los repartidores.